Quizá para mi este sea uno de los post más tristes que escriba en tiempo, quizá para mi D. sea una alegría o la mejor noticia de la semana. A lo mejor, a algunos blogueros les llega a entristecer, o a enternecer. Se nos ha ido, por la maldita crisi, Minoviescu.
¿Y ahora que hago yo? Vamos, no es que Minoviescu se haya muerto, tranquilos, que creo que físicamente sigue igual de espléndido que siempre, con su piel morena, sus ojazos verdes, su tono de voz chulesco de la periferia de Madrid, sus tocamientos en su paquete, su forma de fumar, de escupir, todo seguirá igual para este adonis rumano. ¿Todo? Bueno, la crisi se nos lo ha llevado. No que se lo haya llevado a Rumanía, que lo ignoro, y ese es el problema, que jamás voy a saber nada más de él.
Desde la vuelta de vacaciones, esperaba como agua de mayo el regreso del trabajo solamente para disfrutar de ese ratito tomando mi café por la mañana, abriendo bien los ojos para ver a Minoviescu, y alguna mañana lo disfruté visualmente, aunque pocas. Llevaba unos días sin aparecer por allí, y yo, interiormente cada día más ansioso por volver a verlo, por coincidir con su turno. Hace un par de semanas, tomé en esa cafetería mi último café. Yo no lo sabía, pero sería mi último café allí. En el ambiente había tensión. Cogí mi periódico como es costumbre y puse la antena, como es costumbre también aunque yo no soy nada cotilla, no os vayáis a pensar. Bueno, vale, podéis pensarlo. La camarera, mi camarera preferida, esa chica colombiana que no paraba de moverse por toda la barra, aquella que trata tan bien a sus clientes estaba al borde del colapso, tenía miedo por su futuro laboral que veía muy negro. Casi al borde de las lágrimas, imaginándose su situación con una chica en edad adolescente y sin trabajo, la cocinera, también rumana la consolaba, la animaba y le decía "tranquila, ya verás como no te vas a la calle". Pensé yo, para mis adentros que con esto de la crisis las cosas se estaban poniendo muy feas, al punto de que la competencia entre trabajadores puede llegar a ser demasiado cruenta, y me imaginé una lucha a muerte por ese puesto de trabajo entre ella y Minoviescu. Claro, no tenía en mente un claro ganador, por trabajo, ella, por su físico, él, si tuviera que quedarme con uno de los dos.... vale, me hubiera importado bien poco la hija adolescente de la mejor camarera que haya visto. Lo sé, un planteamiento muy supérfluo pero ella pronto encontraría trabajo haciéndolo así de bien, y él... bueno, él supongo que entró por su cara bonita. Terminé mi café y me despedí de ella. Un viernes, le dije como era costumbre "hasta mañana". Me vio con cara rara y me dijo "bueno.... hasta... hasta el lunes".
El sábado pasé por allí, con D. y la cafetería estaba cerrada. Un cartel en la verja decía "Cerrado por reformas". Y las reformas duraron en teoría un par de semanas, con todo cerrado a cal y canto. Ayer pasé por allí y la sorpresa y el bajón fueron mayúsculos. La verja estaba levantada, y dentro estaba la cafetería vacía, sin nada, solamente una barra, ni una botella, ni tragaperras, ni televisor, ni las tapas tan buenas que hacían. Se lo habían llevado todo, y con ello, a mi camarera, a Minoviescu, y con él, mi felicidad, mi futuro esposo, mi butrón.
Yo no sé ya en quién cagarme, si en los elementos, en Mariano Rajoy (porque este cierre no se produjo antes cuando España iba tan mal, se produjo mientras Rajoy gobernaba), si en Zapatero, por la herencia recibida, o en ambos, o en la Merkel, o en el mercado común y la Unión Monetaria Europea, aunque eso haya abierto la entrada de mano de obra de países del este. Joder, que ya no sé en quién cagarme, solo sé que hoy es un día triste, gris, gris oscuro tirando casi a negro, como el día.
Bicos Ricos
jajajajaj... mi Pimfito deseado... jajajaaj! ¿Ves que dura es la vida? jajaj
ResponderEliminarSi por algo me alegro es porque al fin vere moderado tu carácter libidinoso y eróticamente pernicioso... jajajaaj!
Hombre!!!! ¡que no se puede ser tan puto! jajajajaj
Besos, guapo!
Angel, ahora será peor, ya verás, que si antes tenía los ojos puestos en Minoviescu, imagínate, ahora no voy a parar de ver hacia un lado y otro, como los miuras.
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Hombre, suele pasar, cuando llevas llendo a esa cafetería, haces amistad con los camareros y el día que los echen o se vayan pues ya no es lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo chiquitín !!.
Ay, pero si a mi el resto de camareros... jajaja, yo quiero que me devuelvan a Minoviescu... no veas que angustia... ahí, en el paro ahora, seguro que va a tener que recurrir a malvender su cuerpo en la Puerta del Sol.
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Ay cuánta crueldad junta... Sin noviescu, sin lugar de recreo, sin camarera favorita y con conciencia social... Vamos que la tristeza está más que justificada jejeje... Bueno, pensemos que todo comenzará a ir mejor algún día... Un besote.
ResponderEliminarClaro que todo va a ir a mejor, siempre hay que tener la esperanza. Bueno, lo de la crueldad, es terrible lo que estoy viviendo aunque si te soy sincero, llevaba tiempo yendo a casa a desayunar, precisamente por la crisi.
Eliminarbicos Ricos
Oh cuanto lo lamento! Rezare para que cuando tenga que mudarse lo haga cerca a ti y que un día mientras compras el pan (iras vestido casi en pijama y con la cara sin lavar) se encontraran los dos, el en short y sayonaras, el te dirá, te conozco y tu sonreirás mientras ocultas tu sonrisa coquetamente, ambos se preguntaran por sus nombres, escogerán pan largo y blanco, se tocaran sus manos por casualidad, luego cruzaran sus miradas, sus pestañas abanicándote…., Y LUEGO RECORDARAS QUE TIENES NOVIO Y REGRESARAS RAPIDO PORQUE EL DESAYUNO SE ENFRIA! JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJA
ResponderEliminarGAry, ibas genial escribiendo mi sueño maravilloso, para qué me has recordado que tengo novio?
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No es porque parezca pequeño lo tuyo, en comparación con la situación de tantas familias españolas y tantos padres de familia preocupados, pero en eso se nota precisamente la crisis, en lo que nos afecta de nuestra rutina diaria, y la de hábitos que nos está cambiando, siempre a peor, claro... este es otro ejemplo, a ti, te rompe la rutina y te desagrada y encima, detrás, la historia de todos ellos, esperemos que les haya ido bien, yo confío que así sea, porque la ESPERANZA no quiero que me la roben (las virtud teologal), que la otra ya se fue ella solita...
ResponderEliminarSoy un escritor genial y tú un lector encantador, jajaja, precisamente, el post, aunque en tono gracioso sobre Minoviescu, viene a relatar un poco las miserias de esta crisi, un local que cierra, unos camareros que se van a la calle, más gente en el paro, más desesperación... se me entiende, no?
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Nooo,que triste noticia...otro personaje que se va al olvido, junto con Billy y la cajera....awwww, ojala que de alguna manera exista un reemplazo, otro noviesku a quién mirar jejejeje, cariños Pimpfillo.
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