Salgo de trabajar, ansioso por llegar a casa como cada día, pensando que se han pasado más o menos rápidas las horas de tortura y aburrimiento en el trabajo, jueves fuera y ya nos queda solo el viernes. Conecto el móvil y empiezo a leer vuestros comentarios (pocos por cierto) a los post. Veo hacia atrás, en una costumbre muy buena que tengo que evita que me roben el bolso en plan tirón, aunque si lo pienso bien, yo no utilizo bolso; y veo aproximarse a dos jóvenes en edad casi universitaria, los chicos del Preu, que le llamarían en tiempos de Franco.
El más alto, alto, altísimo, era un joven muy moreno, con gafas y pelo rizado. Y su altura era directamente proporcional a su delgadez, muy muy delgado, más que mi D., más que una prima mía que dice que no engorda porque en el trabajo no se lo permiten para desfilar en la Pasarela Cibeles, un chandal de colegial, y una cazadora vaquera ¿cazadora vaquera con chandal? (haré como que no he visto ese detalle, o eso, o pensaré que no soy lo suficiente moderno), los brazos estirados por delante, portando una carpeta que tapaba sus partes pudendas, como mostrando timidez, como joven enamorado. Y claro, era un joven enamorado. Su nacionalidad, pakistaní o india. A su lado otro joven quizá un año mayor que él, bajito, en chandal también, pero un chandal de estos bien puestos, su actitud al caminar, chulesca, piernas arqueadas, mochila en la espalda, un aro en una oreja y ese toque macarrilla que a muchos nos gusta en cualquier momento, fumaba.
El chico alto le comentaba algo que yo no podía escuchar bien, el otro respondía. Las voces fueron aproximándose, Si, Cuenca, y por la noche vamos a tal sitio, y luego nos juntamos en el otro, vamos a la discoteca tal, lo pasamos muy bien, ¿sabes? El otro respondía, hacía algún comentario, y el último comentario antes de despedirse a la llegada del paso de cebra fue "Pues yo, de la marcha en Cuenca ni puta idea, que no he ido nunca, así que, no sé". El semáforo se puso en verde y el chico indio comenzó a cruzar sin separar su carpeta de delante. El macarrilla se paró en un paso de cebra al lado. Llevaban caminos distintos, y ese había sido el momento de separarse.
Yo pensaba, mientras atendía a los comentarios del blog y de los chicos. Este chico, el indio, que a mi me ha parecido algo amanerado, está enamorado del macarrilla, se lo he notado, vaya que si se lo he notado, se lo intenta camelar con lo marchoso que es, con llevárselo algún día a Cuenca y dejarse sodomizar por él. Giré la cabeza, para ver al chico indio y cerciorarme de lo que pensaba, no sé, alguna última pista que se me pasase por alto en mi radar. El chico indio giró también su cabeza fijándose en su amigo macarrilla mientras esbozaba una sonrisa de enamorado que hacía mucho tiempo que no veía. Vi al macarrilla, pendiente de su paso de cebra, a lo suyo. Y pensé, en el indio. Vaya si está enamorado, lo he clavado, pues anda que no le queda nada a este de sufrimientos por amor, porque lo que se dice este, el macarra, ni está enamorado, ni es gay, ni se le ha pasado por la cabeza nada relacionado con el indio.
¿A que le doy un montón de vueltas a la cabeza?
PD.: Angelillo, que conste, que cuando mencionó Cuenca, esa maravillosa ciudad manchega que tampoco he visitado, en una fracción de segundo pensé en ti.
Joder, pues si que tienes el radar afinado xD.
ResponderEliminarSalu2.
Creo que en este caso era fácil...
Eliminarbicos Ricos
¿Pero tú estás loco? ¡Loco de atar! ¿Te atreves a reconocer publicamente "ni puta idea de CUENCA"? Y no intentes arreglarlo con la post data, porque en cuanto se entere ANGEL COLLIGE ROSAS, de esta te mata, fijo... ¡A mí me quería matar por seguir diciendo "casas colgantes" en vez de colgadas! Lo dicho, vas a morir, por un coquense, esos que viven donde no sabes....jejeje
ResponderEliminarChuchi, parece como si no leyeses el post, yo solo he dicho que no he visitado Cuenca, que yo sí sé que son las casas colgadas y no colgantes, jajaja, el que no sabía nada de Cuenca era el kinkillo que iba con nuestro hindú.
EliminarBicos Ricos
jajajajajajajajaj!
ResponderEliminar¿COMO QUE NI PUTA IDEA DE CUENCA? jajajaj!!! Esto es inaudito... NO puedo contigo, Pimfito... jajajaj!
Te salva que tu memoria se acordó ipso facto de mi persona... que siempre está bien que la gente se acuerde de tí... jajajaj!... Pero... ¡ya le vale a un Madrileño no saber nada de Cuenca!... ¡paletos! que son unos paletos! jajajaj!
Pimfito... tú no conoces cuenca porque no te sale de los huevos... jajajaj! que invitaciones no te han faltado... aunque me consta que me tienes miedo! jajajajaj!!!!!
Sí... parece que en Cuenca hay mucha fiesta... de otro tipo de fiesta a la madrileña. Menos cool, menos sofisticada... pero al parecer siempre ha habido fiesta de botellones impresionantes...
Aunque yo me quedo con sus Casas Colgadas (Colgadas, Andrés... colgadas)... jajaj! y su bellísimo entorno natural donde podrás hacer preciosas fotos... y en otoño, más todavía!
Besos, guapo.... jejeje