sábado, 7 de abril de 2012

El Coliseo del Noviciado

Muchas veces, charlando con mi abuelo me sorprendo de lo que ha sido la historia más reciente de mi pueblo, de como ha ido evolucionando este, de como los planes generales de urbanismo han ido modificando la fisonomía, por decirlo de alguna forma, de mi pueblo. "Mira, donde ahora está ese banco, hace poco había una farmacia que tú recuerdas, pero antes de eso, ahí había un bar, el de la estación de tranvía, y aquí, donde te tomas tú los vinos ahora, ahí nací yo, y tu bisabuelo, pero de eso te tienes que acordar aunque cuando él murió tú tenías cuatro añitos". Claro que me acuerdo y me interesa muchísimo el tema.

En Madrid es muy distinto. Donde hoy hay un banco, a lo largo de su historia han habido un montón de cosas antes, un sinfín de historias que llenarían miles de post. Yo que siempre quise ser arquitecto y me he interesado muchísimo por la historia disfruto cuando en algún panel en un edificio muestra algo de su historia, el clásico "En este edificio nació y murió el escritor...". ¿Que había en otra época aquí? ¿Qué historia tendrá este edificio? Madrid es un auténtico tesoro para ello, y por este interés y como consecuencia de mi post sobre el Teatro Novedades, tras mis labores de I+D, hoy vengo a rescatar del pasado una de esas joyas que hubo en Madrid, pero por la zona donde yo vivo, entre Malasaña y Universidad, o entre Malasaña y Conde Duque, según se vea, yo de corazón, Malasaña, en pleno centro. Cerca de donde trabajo también se encontraba, en la calle San Bernardo, en el número 59, cruce con la calle San Vicente Ferrer, una sala de proyecciones, un antiguo cine, de primeros del S.XX, obra de José Carnicero. El Coliseo del Noviciado, como así se llamó perteneció a Emilio Barranquero y Juan Murillas, contaba con una pantalla de 30 metros, un aforo de 600 personas, escenario, lámparas y en él trabajaban 20 personas. El gran éxito del Coliseo del Noviciado fue la proximidad con la universidad de Madrid, antes situada en la zona (aún hoy en día se encuentra en el número 47 el Paraninfo de la Universidad Complutense), muchos fueron los universitarios que llenaban las butacas.

Alternaba el Coliseo del Noviciado entre el cine y el género chico, decidiéndose en las últimas funciones los empresarios por quedarse con el cine en demérito de la zarzuela. Aquella tarde del 7 de abril de 1912 (hace hoy 100 años), el edificio propiedad de Francisco Pérez y Agustín Rodríguez quedó totalmente calcinado y destruido en apenas 10 minutos desde que se declaró el incendio. Este se produjo cuando en la cabina de proyecciones se inflamó la película saltando el fuego hacia el techo que era de madera no pudiendo el ineficaz ayudante de operador de cámara Francisco Rodríguez hacer nada por parar el fuego. El cine fue desalojado inmediatamente y los espectadores salieron sin problema por las 7 puertas que habían. A los tres minutos de declarado el incendio desde el puesto de guardia de la universidad apareció el primer destacamento de bomberos que se dedicaron a evitar que las llamas se propagasen hacia el edificio colindante en la Calle San Vicente Ferrer, pronto llegó otro destacamento pero no pudieron evitar que el edificio quedase totalmente calcinado.

Tres años después se abriría en el mismo solar un teatro conocido como Teatro Álvarez Quintero, en homenaje a los hermanos y escritores de obras teatrales. Este, años después volvería a convertirse en cine hasta su desaparición. Hoy en día se encuentra en dicho lugar y recientemente cerrada, una sucursal de la Caixa Penedés.

9 comentarios:

  1. A todos nos pasa lo mismo, Pimpf, sentimos nostalgía por aquellas viejas edificaciones que van dando paso a otras nuevas, y es que se nos van muchos recuerdos por tal motivo.
    Creo que todavía tienes tiempo de estudiar para arquitecto, no te detengas.
    Abrazos.

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    1. Uhm, Antony, que ya tengo una edad, y ahora la arquitectura solo me interesa de forma ocasional, como hobby. Pero lo que tú dices, a mucha gente se la trae floja... yo por si acaso ya he investigado qué había justamente donde yo vivo ahora, por lo que pudiera pasar.

      Bcios Ricos

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  2. Quedan muy pocos lugares históricos en lima, porque si no fueron derrumbados por los terremotos, los terroristas los hicieron volar en pedazos en la década de los 80’s. Sin embargo aun quedan algunos sitios rescatables!

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    1. En España, supongo, muchas cosas fueron destrozadas con la Guerra Civil, por suerte no tenemos, pese a la zona donde estamos, grandes movimientos sísmicos.

      Bicos Ricos

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  3. Cuando he visto la foto esa antigua, pensé que nos ibas a hablar de tus ancestros, de tus familiares titiriteros (para que veas que me acuerdo de lo que escribes) luego he visto que has desviado el tema sutilmente de tu vida privada a la historia de Madrid....jejejeje... ¡Deberían nombrarte cronista oficial de la Villa y Corte, por todo lo que nos ilustras!

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    1. Uhm, podría contar alguna historia sobre ellos... si supiese algo más, pero desgraciadamente ya no hay testigos sobre la época, la única alternativa sería consultar archivos municipales, por si habría constancia de su paso por el pueblo.

      Bicos Ricos

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  4. Art Nouveau por donde se le mire, cómo adoroe ese estilo. Oye, pues por estos lados, cada 20 años hay una "reestructuración" de la urbanidad llamada TERREMOTOS JAJAJAJA...no hay muchas edificaciones eternas, hay algunas que van aguantando pero no terminan igual a como han comenzado. Así que es muy normal que lo que antes fue X cosa, termine siendo Z. Muchos cariños Pimpf.

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    1. Hombre, vuestro caso es distinto, así es muy difícil conservar el patrimonio... imagínate qué sería de Roma si tuviesen esos movimientos sísmicos.

      Bcios Ricos

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  5. A mi también me interesa la historia de los edificios y de lo "que una vez estuvo aquí". Y como a ti, especialmente los teatros y cines. En mi ciudad tengo ya en la memoria cerca de una treintena de estos, ya desaparecidos, y que cuando hablo de ellos la gente me mira raro jajaja

    Lo que me ha parecido curioso es que publiques dos post de desastres consecutivos. Te falta el tercero, el del Titanic, que ocurrió una semana justo después de quemarse el Coliseo del Noviciado.

    Un beso (desastroso)

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