Me he calentado hace unos minutos, me váis a perdonar, chuchis. No tenía pensado hacer post hoy, tengo un día muy liado en medio de un fin de semana de lo más liado, y eso que comienzo hoy mis vacaciones, y sin embargo, a mitad de la mañana he sentido la necesidad de hacer catarsis con vosotros, como diría Gary, que creo que sois muy pacientes para con según qué temas relacionados con mi vida personal, de la cual no me gusta hablar en este blog.

De su grupo de amigos si le cogí cariño a alguien, ha sido a La Buscona y a esta chica, las dos únicas personas que se preocuparon por conocerme un poco, las únicas que no me consideraron "la pareja de", si no una persona más, en momentos complicados siempre he tenido alguna charla con ellas, y también me han tenido ahí a mano cuándo ellas tenían algún problema, aunque ha hecho más uso de esto La Buscona. Por eso me dolió tanto no ir a su boda, porque no solo era una amiga de D., era su amiga la que me había conocido un poco.
Desarrollando la conversación, pedidas las disculpas, felicitada por la boda y por alguna que otra buena noticia que ronda su vida, me dijo que se alegraba de que estuviese un poco mejor, que ahora se trataba de que ambos superásemos la ruptura de la mejor forma posible, que nos recuperásemos pronto, o como se diga. Respondí con un escueto "Ejem. Si". Y no es que no le desease yo a D. una pronta y buena recuperación, pero me quedaba con ganas de decir cosas importantes, importantes para D., para su futuro. Le dije "yo voy más o menos saliendo del paso, cada día más animado, pero él lo va a tener más complicado, y no saldrá adelante solamente con palmaditas, necesita ver a un especialista". El comentario pudiera parecer de bicha despechada y sinceramente os lo digo, nada tiene que ver con eso. Ella me añadió "cada uno a su manera", y tampoco le falta razón, así que terminé añadiendo "no hablo de amor, hablo de agresividad". Y ahí terminó la conversación. Ignoro si por falta de tiempo de mi interlocutora, o por falta de ganas de hablar del mismo. Si fuese el pirmer caso, lo entendería, aún habría tiempo de respuesta, si es por el segundo, mal, muy mal, así os lo digo.
No considero mi comentario como algo obviable, es algo fundamental. Para mi tiene mucha importancia, pues es la primera vez que me enfrento a alguien agresivo, y diré agresivo por no decir violento, que quizá suene peor, aunque ya os digo, que en cuánto a mi relación de pareja, poco o nada me importa ya su agresividad, poco me importa aquel empujón a mi prima, son cosas que considero del pasado, del pasado a borrar cuánto antes de mi mente. Esa relación está terminada, y bien terminada (debidamente sellada quiero decir), y por suerte, tengo cosas mucho más bonitas en las que pensar, y también cosas que me hacen más feliz, ya os lo anticipo. Pero es un tema que necesitaba sacar, porque con excepción del blog no lo he comentado a nadie, La Buscona también ha ignorado el tema, y estaba presente cuándo el oscuro incidente que no dudó en recriminárselo. Bien, dicho esto, insisto ya por el cariño que todavía le tengo (por los momentos felices que hemos vivido), por el cariño que los suyos le tienen, por su auténtica felicidad, por su buena recuperación, para que nadie el día de mañana sufra un gesto malo por su parte. Tiene que ver a un especialista, y yo ya no sé si un psiquiatra o un psicólogo, no sé quiénes tratan estas cuestiones de irascibilidad, de agresiones, alguien que le ayude a desentrañar el por qué de actuaciones así fuera de contexto. Antes de presumir de desarmarizado, antes de dárselas de supervaliente en ese sentido y de seguro de si mismo por saber lo qué quiere para el futuro y cómo lo quiere, antes que todo eso debe llegar esa recuperación, debe ser conocedor de por qué ha hecho lo que ha hecho, y por qué hemos llegado a dónde hemos llegado. ¿Había necesidad? Yo hoy desde luego sí tenía necesidad de contarlo y que este pensamiento no quedase fluyendo en mi cabeza como comentario de marica despechada, no, siempre he querido lo mejor para él.