Estoy en segunda fila

A mi si hay un personaje que me parece de lo más enigmático en el panorama político español, y recalco esto de español, porque es un término super importante para la Coffee Party española, si hay un personaje tan campechano como oscuro y no me refiero al rey con lo de campechano ni a Bárcenas por lo de oscuro, ese personaje, al que hace tiempo no le dedico un post, es Esperanza Aguirre.

 

Y es que Esperanza Aguirre hace unos meses nos sorprendía a todos con su salida de la presidencia de la Comunidad de Madrid, por motivos personales, para dedicarse a su familia, para recuperarse del todo de su cáncer, para descansar y dedicarse a su trabajo de funcionaria en turismo. Pues ni los motivos nos parecen a día de hoy tan personales, ni mucho caso le ha hecho en todo este tiempo a su familia, ni ha descansado ni nos ha dejado descansar, mucho menos ha dejado descansar a sus compañeros de partido, ni tan siquiera mucho le ha durado su trabajo como funcionaria. Esperanza Aguirre, ha vuelto, aunque en segunda fila a la primera plana de la política nacional.

 

Dicen las malas lenguas que detrás de muchos de estos escándalos de corrupción que están azotando al Partido Popular, se encuentra la mano negra de Esperanza Aguirre, una versión que si preguntas a la gente de derechas te negará e insinuarán que estas corruptelas son cosa del mismo Bárcenas por sacarse unas exclusivas en el periódico, y los de ultraderechas te dirán ya que Rubalcaba es el que está moviendo los hilos. Pues yo soy del particular tras el discurso de ayer de Esperanza Aguirre de que su mano negra es la que ha destapado la caja de los truenos.

 

Madrid es un auténtico polvorín político, una guerra civil dentro del Partido Popular que ha sacudido a toda la opinión pública. La gente ha salido a la sede del PP a pedir dimisiones, Esperanza Aguirre ataca a Ana Botella como alcaldesa de la Real Villa, Ana Botella lanza sus dardos contra Ignacio González que intenta lidiar como puede lo de los recortes en sanidad, ex consejeros que han sido contratados por empresas a las que había dado anteriormente concursos la ínclita Esperanza, o con Hacienda para justificar ese chalet de lujo que tenía en Marbella. Pero para enredar un poco más las cosas, los dardos también son lanzados contra la ministra de los confettis, Ana Mato, que se gastó un pastón en confeti para la fiesta de cumpleaños de su hija con dinero que alguien le donó por su cara bonita, y también contra Bárcenas, Rajoy, Montoro, De Guindos (otro De Guindos que no es el del ayuntamiento de Madrid). Vamos, un tutum revolutum del que estaréis al día si ponéis cualquier informativo español excepto RTVE o cualquier canal autonómico.

 

Por ello, nuestra ínclita Esperanza Aguirre ha vuelto ha hacer de las suyas, y sigue tirando de los hilos, y de las mantas, y se pone a disposición de los militantes del PP, siempre en segunda fila, claro está, defendiendo la regeneración democrática del Partido Popular, erigiéndose (quizá antes de tiempo, quizá antes de ser propuesta, quizá antes de que se haya ido nadie) como lideresa nacional dispuesta a sacar al partido adelante, un partido totalmente limpio de corrupción y por supuesto acabar con esta época Rajoyniana que en su momento intentó darnos el pego de un nuevo PP más casposo y menos corrupto. Pues no lo ha conseguido. Y a Esperanza Aguirre más le vale andarse con cuidado, porque ya lo dice el refranero español, cuidado con la mierda que salpica, aunque estés en segunda fila.