sábado, 16 de febrero de 2013

No puedo con... el análisis sencillo

Vale, que soy un gafapasta multicultural es un don que tengo y con el que he nacido, aunque me he preocupado con el tiempo de hacer que esta multiculturalidad fuese todavía mayor gracias a un cerebro privilegiado al que le encanta leer y culturizarse. Vale también que me encanta tirarme flores, porque nadie lo hace apenas. Pero odio los análisis sencillos, no sé si será cosa de ser gallego, o de mi carácter tozudo, pero me gusta darle cincuenta mil vueltas a las cosas.
Y todo esto lo digo por una conversación que tuve esta semana con unos amigos no católicos acerca de la Iglesia Católica y la reciente dimisión de Benedicto XVI. Mi amigo se confesaba abiertamente anti iglesia católica, aunque luego sea un capillita como aquí llamamos a aquellos que tienen a sus santos fetiche a los que les piden favores y pierden el culo por ir de costaleros en la semana santa, y cuándo digo perder el culo lo digo en todos los sentidos, al menos los riñones y las cervicales. Pero no quiero criticar a mi amigo, que para eso es amigo, critico su crítica, y es con esto con lo que no puedo.
Al hilo de esta dimisión del papa, él decía que si fuera papa la iglesia iba a cambiar mucho, y que para empezar vendería todo el oro de la iglesia católica para dárselo a los pobres, que era mucho mejor que lo tuviesen los pobres y aliviasen su situación, antes de que lo tuviesen cuatro curas pederastas. Y yo, que me considero católico ya salté en defensa de las causas imposibles, defender a los ricos.
Yo parto de que la riqueza está muy mal repartida en el mundo en general, y que a lo largo de la historia la Iglesia Católica (y cualquier iglesia en general) amasó grandes fortunas de dinero mediante intrigas palaciegas, impuestos y cánones injustos, limosnas, diezmos, expropiación de propiedades de acusados por la Santa Inquisición (que no sé bien qué tiene de santa), que ha habido curas pederastas, que la iglesia católica arrasó latinoamérica en algunos casos. Pero eso son otras cuestiones. Partimos de la ciudad del Vaticano, un santuario, sede de la Iglesia Católica, con un banco propio, una guardia real, unos museos y reliquias de valor incalculable, unas iglesias y unos palacios increíbles con los mejores mármoles del mundo, pero no solamente en el Vaticano tenemos esas riquezas, muchas parroquias, pequeñas iglesias, hermitas y demás tienen un valor altísimo, no solamente patrimonial, también muchos de los objetos que allí hay. Entonces le solté a bocajarro ¿Y qué harías con todo lo que saques con la venta de ese oro? ¿dar de comer a los pobres? Yo no iría a visitar el vaticano si estuviese lleno de andamios y hecho con simples ladrillos. La iglesia es opulenta, necesariamente opulenta.
La iglesia necesita de todos sus lujos para existir, para revalorizarse, para mostrar cuán poderosa es, para sobrevivir, para mantener sus infraestructuras, para un montón de cosas, y todo ello pese a las palabras de Jesucristo, pese a la expulsión de los mercaderes del templo de Jerusalem, y pese a aquellas palabras que dijo de "al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". El mensaje de mi amigo es facilón. ¿Habla de repartir bocatas entre los que no tienen para comer? ¿Habla de crear infraestructuras necesarias para que los paises necesitados tengan la capacidad de crecer por si solas? ¿Y qué hacen los respectivos Estados? ¿Confiaríamos una cantidad importante de dinero al gobierno del Congo sabiendo que nada de lo que donásemos llegaría a los interesados? ¿Cuál es la responsabilidad de estos políticos? Pero vamos más lejos (o más cerca) ¿Qué hacemos nosotros personalmente para ayudar a esta gente? ¿Damos dinero a todos los que piden por la calle? La iglesia hace varias colectas para estos fines, financia varias instituciones para ayudar a los necesitados. ¿No intentamos también nosotros amasar cuánta más fortuna tengamos?
Claro, claro que la iglesia católica lo puede hacer mucho mejor de lo que lo está haciendo, claro que puede destinar más dinero a quién lo necesita, pero ¿serviría de algo si no tuviese un euro? Yo creo que no, por eso mi análisis concienciudo sobre la situación económica de la iglesia católica. ¿Y sobre los pederastas? Pues sobre los pederastas está claro, todo el peso de la justicia recaiga sobre ellos, de eso no cabe duda. Por eso pido un análisis más serio sobre las cosas, no siempre es criticar, no siempre hay que ir al discurso fácil.
Bicos Ricos

6 comentarios:

  1. Supongo que a lo que se refiere tu amigo, y cualquiera que argumenta eso, es que desde la iglesia nos predican una cosa (lo de repartir y eso) y luego hacen otra.

    ¿Que necesita ser rica para sobrevivir? ¿Y por qué tiene que sobrevivir?

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    1. Hombre, que necesita ser rica, como toda institución, no es una necesidad, es una realidad, no hay banco pobre, no hay empresa pobre si está bien gestionada... su fin es crecer... Y yo creo que tiene que sobrevivir, no para convencer a los que no creen, para dar esas soluciones que muchos buscan, creíbles o no, para dar esperanzas sobre esa vida después de la muerte... porque religiones siempre han existido y siempre existirán, son una necesidad humana, otra cosa es que sobreviva de otra forma... eso es otro debate.

      Bicos Ricos

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  2. Uys! de la iglesia no hablo que me salen serpientes y culebras por la boca.

    Salu2.

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    1. Uhm, pero serías capaz de entender razones? esa es la gran pregunta... es muy criticable la iglesia, y tampoco está mal que alguien la defienda, sus cosas buenas tb tiene.

      Bicos Ricos

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  3. Lo del patrimonio eclesial es pura historia, arte y patrimonio, porque de la misma manera ninguna parroquia inaugurada hoy en una urbanización cualquiera, se puede decir de todo, menos opulenta... de la misma manera pasa con palacios, hoteles de renombre, castillos, puentes.... todo lo antiguo es siempre arte, arquitectura, patrimonio.... y lo de ahora ¡horripilancias de hierro y cemento! Como dices, me parece un debate bien absurdo....

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    1. Pues la gente insiste mucho en eso de vender todo el oro del Vaticano... no sé... no deja de ser una lucha de poder que la Iglesia ha mantenido durante siglos y desde luego les ha salido bastante bien, otra cosa es discutir sobre cómo administrar y repartir sus beneficios, porque, iglesia somos todos, y hemos contribuido de una u otra forma con ellos.

      Bicos Ricos

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