Los sobres y España

En España si algo hay que nos haya hecho una mala pasada, eso han sido los sobres. Algo tan inocente como un sobre, con o sin membrete, con o sin destinatario, con o sin remitente, abierto o cerrado, lacrado, sellado, matasellado. Los sobres a los españoles no nos quieren bien.

Qué se lo digan si no a Adriana Ugarte y a Carlos Santos, que ayer fueron la anécdota desconcertante por llamarla de alguna forma de la gala XXVII de los Goya, los premios de la academia de cine española, cuando anunciaron como mejor canción original a "Líneas Paralelas" de Els Nens Salvatges mientras sus intérpretes se levantaban emocionados para recibir el galardón y mientras rectificaban, anunciando al auténtico ganador, que había sido el tema "No te Puedo Encontrar" de Blancanieves. Inmediatamente los encargados de dar el premio pidieron perdón en un mar de nervios por ese "error desagradable". Y es que a mi que estoy en mi casa me la trae entre floja y muy floja, pero entiendo la sensación de dulce-salado, ácido-amargo, o como queráis llamarle a tener un premio en tus manos, un caramelo que te dura quince segundos. Luego, veo la cara de satisfacción del ganador y anécdota olvidada, y es que detrás de ese sobre siempre hay alguien que ríe y otro que llora.

 

Pero en España esto de los sobres no es nuevo, lógicamente el mensaje que los actores han querido enviar a la clase política, intentando lidiar la posible censura es que esto de los sobres no es nada bueno, y todo lo han hecho como una referencia al caso Bárcenas. Bárcenas, extesorero del Partido Popular sabe que esto de los sobres tiene una doble lectura, la A, y la B. Bueno, los sobres de Bárcenas realmente no tenían lectura A. Pero la conclusión es que siempre hay un sobre por ahí. Y como Bárcenas lo sabe, lo saben también muchos de los miembros del Partido Popular que durante muchos años han estado cobrando en sobres un dinero en B, una contabilidad oculta que refleja que los ingresos del Partido Popular no han sido declarados, no han pasado por Hacienda, no sabemos bien de dónde proceden ni sabemos muy bién para qué, pero nos lo imaginamos y eso es lo peor.

 

Pero para que no digáis que este blog es un blog rojo, yo ya os digo que los sobres no son exclusividad del Partido Popular, y no, no leeréis aquí ninguna cosa sorprendente sobre el principal partido de la oposición, que Arturo Fernández no tiene nada que ver con el PSOE. Arturo Fernández es un empresario madrileño, presidente del Grupo Cantoblanco y de la CEIM (Confederación de Empresarios de Madrid), aquel que en las huelgas generales decía perlas del estilo "no he visto gente más fea que en las manifestaciones" o "una huelga general daría mala imagen de España en el exterior", parece que era otro experto en sobres mediante los cuales pagaba parte de los salarios de sus trabajadores en sobres B, de dinero no declarado, de dudosa procecencia también, todo un ejemplo para los empresarios españoles, y todo un ejemplo para lucha contra esta maldita crisi.

 

Pues bien, en España estamos ya curtidos en sobres como para que nos llevemos la cabeza por el error de estos dos actores en la gala de los Goya. Los políticos antes mencionados son los que terminan riendo, y los españoles los que terminamos llorando por el uso de estos sobres. La diferencia es que unos se disculpan al instante por abrir el sobre incorrecto y otros a día de hoy todavía no se han disculpado.

 

Claro, con todo esto se me ha pasado por alto hablar de la gala de los Goya, una gala que a mi me ha parecido simplona, una gala que generó más expectativas por lo que podría haber sido que por lo que fue realmente. Una gala con una clara vencedora, Blancanieves, y una gala dónde se esperaba que los actores fuesen muy críticos con la situación del país. Exceptuando las actuaciones de los chicos de Muchachada Nui, la intervención de Concha Velasco, el Goya a José Sacristán, la gala pudo ser mucho más.  Las intervenciones de Candela Peña, Maribel Verdú y Javier Bardem y algunos (no pocos) comentarios ácidos de Eva Hache y que fueron algo light, ni una sola mención a muchos de los temas candentes de la actualidad española, al punto que ni los colores hicieron sacar al ministro de educación y cultura. Claro que, dicen que estuvo allí, porque las cámaras solo lo enfocaron en un par de ocasiones, y sonriendo, y yo a Eva Hache la vi, realmente comedida.