Se han escrito ríos de tinta sobre la infanta Cristina y su paso por los juzgados de Mallorca, declarando como imputada por el caso Noos, pero nadie ha dicho lo más importante, estaba mal maquillada. Y eso es una apreciación mía, muy importante, fundamental para la resolución del caso, añadiría incluso yo.
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Infanta haciendo el paseíllo |
Claro que, el post de hoy es de maquillaje, espero que no se os pasase por la mente eso de que el post iba a ser de política, porque bien sabéis que a mi en este blog no me gusta hablar de política, mucho menos de mi vida privada. Yo no soy el maquillador David Molina, uno de los más reconocidos en España, pero sé lo que es maquillar. Y la infanta se ha paseado por los juzgados maquillando un poco, pero echándose poco maquillaje.
Resultó espectacular la llegada de la segunda hija de los reyes de España, imputada, que vergonzoso, perdonad que os diga, por presunta choriza, que yo no digo que no haya cometido delito alguno. Y como era previsto, entró en coche, y salió del coche, como si fuese un acto oficial, le salió el chófer a abrir la puerta y ella solamente tuvo que dar unos pasitos para entrar en el juzgado, y saludando, con un escueto "hola, hola, hola", solo le faltó mover la mano como solo saben mover las infantas, que nada tiene que ver con el movimiento de mano papal, que lo tengo estudiado. Entró y empezó a declarar, y aunque se impidió que nadie llevase consigo dispositivos electrónicos que pudiesen captar una instantánea del momento, van y la pillan de espaldas, con un peinado muy sencillo, digno de la realeza, eso si.
Y en sus declaraciones, la infanta va y dice que tiene diez tarjetas de crédito, que no te digo yo que un simple mortal no las pueda tener, sin dinero, sin estrenar, las caducadas y esas cosas, pero no, ella tiene diez que suele utilizar, y dónde presuntamente cargaba el dinero chorizado por lo de Noos, que dice ella que no sabe cuál utilizaba, que las usa indistintamente, claro que en una la empresa Aizoon le cargó 150.000 euros, una minucia y ella tiraba de la tarjeta, supongo que tampoco se fijaría en el saldo. Que ahora, va a resultar que la infanta no es tan tonta como muchos de nosotros pensábamos, que igual se sabía el pin de las 10 tarjetas, aunque ese extremo no fue asegurado por Cristina. Y es que en menuda se ha metido Cristina, y todo ello por amor, y es que el amor nos ciega, y nos lleva a fiarnos sin cortapisas de nuestra pareja. Muy mal, pero comprensible, y es que Cupido dispara y no avisa.
El caso es que tras las consabidas respuestas del tipo, no lo sé, no me consta, no recuerdo, va la infanta y carraspea en un par de ocasiones, según ha apuntado El Plural, también dice que su abogado tenía los dedos temblorosos. Chicos, esto de la monarquía es complicadísimo. Lo del carraspeo por algún catarro, supongo, y lo de los dedos temblorosos, por el café, muy cargado para el abogado. Pero la caverna ha salido, como no en defensa de la monarquía, y añaden que la infanta es víctima de un juez cruel y sin escrúpulos, y que detrás de todo esto está la izquierda republicana.... Maldito Zapatero, en la que los has metido. Y es que la infanta ha pecado de no echarle la culpa a Zapatero, hasta en eso es una buenaza, os lo aseguro, con lo fácil que hubiese sido decir que ella está ahí ahora por culpa de Zapatero, que Zapatero le permitió casarse, que Zapatero le dió la tarjeta de crédito, que Zapatero falsificó las firmas de la Junta directiva de Noos. Chica, que hay que ser un poco más avispado.
No quiero ensañarme con la infanta, a fin de cuentas, cualquiera se puede enamorar, tampoco es que esto desacredite mucho a la monarquía española, porque, a fin de cuentas esto solo es vivir un poco más a cuenta de los españoles de lo que ya lo estaban haciendo, con la diferencia de que lo de antes les venía recogido en las cuentas públicas, y esto, en su día se verá si es en las cuentas B o no. Lo que yo no voy a hacer es colgar esa foto de la infanta declarando, y menos chupando un caramelo para la tos, que hasta es desagradable, con lo bonitas que son las fotos en un yate.